Conversaciones desordenadas

En estos días de corona virus las organizaciones están tratando de mantenerse a flote como pueden. Dentro de ellas están sucediendo un sinfín de conversaciones en simultáneo producto de los muchos frentes que un negocio necesita atender para sobrevivir.

Como decía en un tuit el otro día esta situación nos está mostrando nuestras desprolijidades, nuestras falencias.

Una de las que más veo es la de mantener conversaciones ordenadas. Pocas organizaciones son capaces de ordenar sus conversaciones [y comunicaciones] simultáneas para que sean eficaces (logren el resultado) y eficientes (involucren a la cantidad óptima de personas), pocos logran esa claridad en situaciones de crisis.

¿Cómo pensar en grupo? ¿Cómo estructurar y ordenar la información que vamos generando? ¿A quién incluir en cada actividad y a quién informar sobre ellas? ¿En qué lugar dejaremos la información? son algunas de las preguntas que debemos responder si queremos ser ordenados.

Queremos ser ordenados porque no serlo conlleva múltiples riesgos: perder efectividad, malgastar recursos, perder motivación, repetir trabajo, producir soluciones divergentes, sentido de urgencia desparejo dentro de los equipos, prioridades diferentes, etc.

La lista puede seguir seguramente. Paremos la pelota y pensemos un rato en esto para poder sobrellevar mejor la crisis.

Seguimos pensando..