Atados a la ecuación del tiempo

El otro día mantuve una reunión con un candidato a colaborador. La idea de la reunión era conocernos y entender si había "fit" o no entre las partes. En dicha reunión esta persona me explicó "su modelo de negocio". Él me decía que "en su situación [de trabajador independiente] el único recurso [finito] que tenía para valorizar era su tiempo" (corchetes míos) y que por eso cobraba lo que cobraba.

El razonamiento era impecable. El tiempo es un recurso escaso y los recursos escasos tienden a valer más que los recursos abundantes. Del lado del comprador, si el valor que genera una hora de trabajo de una persona es mayor al costo de esa hora, conviene invertir. Si es menor, no conviene. Además si hay pocas personas que pueden aportar ese valor en esa hora se deberá pagar más y, caso contrario, si hay muchos, se podrá pagar menos. Del lado del vendedor (de esa hora), conviene poner el tiempo en aquellos lugares más redituables (ir con el que paga más cara la hora). Además, cuanto más tiempo tenemos vendido, más podemos cobrar por el tiempo restante. 

Es la ley de la oferta y la demanda en su máxima expresión.

Lo que conceptualmente me pareció incorrecto fue la creencia de esta persona de que sólo él estaba en esta situación cuando en realidad todos estamos atados a la ecuación del tiempo. Buscamos poner nuestro tiempo en aquello que nos aporta el mayor valor. En el caso del trabajo, decantamos por el que nos paga mejor [1]. En la vida personal tal vez elegimos gastar un poco más para trasladarnos con tal de "ganar un poco de tiempo" porque, por ejemplo, queremos estar un poco más con un ser querido. 

Muchas de nuestras decisiones, cotidianas o de largo plazo, están condicionadas por el tiempo y es por eso que saber usarlo, saber distribuirlo, saber defenderlo es tan importante.

Seguimos pensando..

[1] La idea de "mejor" en este caso es muy subjetiva. Para algunos mejor se mide por el valor hora, para otros podría medirse otras cosas como ser la continuidad de contratación, el pago en tiempo y forma o por el cumplimiento de ciertas condiciones higiénicas de clima, horarios, etc.