Las personas cambian de empresa (o de áreas) y por consiguiente se producen rotaciones. Es la ley de la vida y hay poco para hacer al respecto. Podemos trabajar en la motivación y en las expectativas de nuestra gente pero, al final del día, siempre habrá rotación. Difícil tapar el sol con las manos. La rotación siempre estará presente en los equipos de trabajo y el líder deberá estar dispuesto y preparado para manejar la situación. Para él (y para el equipo), una rotación es una pequeña crisis que debemos manejar. Es una crisis por diversas razones: El normal funcionamiento del equipo se modifica, debe cambiar. Tal vez tengamos que introducir gente nueva en el equipo. Tal vez se produzcan respuestas emocionales respecto del cambio (gente triste, gente enojada, gente contenta, …). Al ser una crisis, además, es importante tener un plan o una estrategia para manejarla. Cuánto más importante sea la crisis, más cuidado hay que poner en el plan y en el manejo de ella. Y