#consultip 269. Un poco menos de planificación, un poco más de adaptación

En 1930, cuando el gobierno de Honduras planeó construir el puente Choluteca seguro tenía en mente varios objetivos, pero sólo uno lo desvelaba. El puente debía resistir el clima de la región. A partir de eso, encargó su construcción a los más renombrados arquitectos y ellos utilizaron las mejoras prácticas del momento para hacerlo, logrando el objetivo propuesto. 

¿Cómo sé que lo lograron? Cuando en 1998 el huracán Mitch arrasó con todo lo que encontró a su paso, una sola cosa quedo en pie: el puente.

Los sponsors del proyecto cumplieron su objetivo, aunque tal vez no fuera el correcto.

El puente no sólo debía quedar en pie, sino que además debía seguir sirviendo para que la gente atraviese el río. El problema fue que nadie pensó que el río podría moverse.

"Las asunciones ocultas en un proyecto de software suelen ignorarse por obvias."

Esta historia, ¿no les recuerda a algo? Yo le veo cierto parecido a otra más reciente. En una charla de 2015, Bill Gates predijo que el próximo desastre de la humanidad no sería una guerra, sino una pandemia. Hoy, en 2020, sabemos que nadie pensó que ese fuera un escenario relevante sobre el cual trabajar.

"Saber qué escenarios son relevantes en un proyecto y cuales no, es un arte difícil de sistematizar."

¿El caso del Choluteca es distinto al de COVID? Alguno dirá "el primero era impredecible, el segundo se sabía". Otro dirá que ambos eran predecibles (o ninguno). Es fácil hablar con el diario del lunes porque con él vemos donde nos faltó pensar más y donde nos sobró pensamiento.  A esto se lo llama sesgo de restrospectiva.

"El desafío es saber antes dos cosas: para dónde orientar el planning (qué escenarios vale la pena explorar) y cuándo parar de planificar para empezar a hacer."

Todos sabemos que planificar los proyectos es bueno. Son pocos los que logran resultados sin un buen plan. Pero demasiada planificación puede dejarnos sin premio también.

Después de todo over-planning es otra forma de procrastinar. Entre un extremo (no planning) y el otro (too much planning) hay un punto intermedio, óptimo, en el que debemos parar de planificar y empezar a hacer. El problema es que saber cuál es ese punto resulta muy difícil.

"La parálisis por análisis es algo que puede afectar a cualquiera."

A veces los proyectos se chocan con problemas que nadie vio venir. A veces la realidad acelera y avanza más rápido que nuestras estrategias o proyectos. ¿Es eso falta de planificación, exceso, o simplemente mala suerte? Podemos pasarnos una eternidad discutiendo qué pasó y la misma cantidad de tiempo buscando cómo predecir ese sweet spot donde debemos parar de planificar. Pero ese no es el punto.

El punto es que no importa cuán bien hagamos nuestro trabajo, a veces nos encontraremos con cambios y en ese momento lo que nos va a permitir avanzar es nuestra capacidad para absorberlo y adaptarnos. 

"Dado que prepararnos para todo es imposible, preparémonos para aceptar los cambios y adaptarnos."

¿Quieren invertir un tiempo más para estar mejor preparados para el próximo o cualquier proyecto? Piensen en cómo hacer que su estrategia, su equipo, o su plan, sean más resilientes y adaptables. Piensen en escenarios posibles y qué estrategia tomarían si ellos se presentan. Cuidado, dije estrategia, no plan. Ideas, lineamientos y criterios. Garabatos en lápiz que puedan borrarse o corregirse, nada en tinta porque eso ya es definitivo, como el puente.

"En consultoría, sin adaptación dependemos de los planes y como vimos, es difícil planear todo."

Seguimos pensando ..

PD: Gracias a Maxi Contieri por el dato del puente, el desafío y los comentarios.

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