Agilicemos las cosas
Hay una marcada tendencia a "agilizar" las cosas o, mejor dicho, los roles. Tenemos desarrolladores ágiles, testers ágiles, gestores de proyectos ágiles y hasta organizaciones ágiles. Usualmente se les dice así como forma abreviada de decir que deben moverse en un entorno regido por metodologías ágiles.
Se los piensa como roles que tienen superpoderes nuevos. Antes, en el mejor de los casos, cumplían. Ahora que tienen la palabra ágil como sufijo, son mejores. Están recargados.
Déjenme decir que veo cierto sesgo hacia la liviandad en esto.
Si hablamos de cambio organizacional, es decir que queremos hacer las cosas en forma diferente a como se hacían porque aquellas formas ya no son efectivas, debemos darle semántica y contenido a los roles modificados.
¿Qué hacen distinto? ¿Qué hacen igual? ¿Cuál es su filosofía de trabajo? ¿Qué valores sostienen? ¿Qué variables optimizan? ¿Cómo deben ser capacitados? Si no respondemos este tipo de preguntas a la hora de plantearnos los roles, será muy difícil medir el éxito que tengan las personas cumpliéndolos.
En mi opinión ser ágiles no es un fin, es más un medio para lograr objetivos que, de otra manera, no se lograrían. De hecho hay muchas situaciones de trabajo en las que ser ágiles no sólo no es recomendable, sino que más bien es un error.
Agilizar las cosas es buscar la mejor forma de cumplir el objetivo. Donde además mejor tiene una semántica particular en cada caso. A veces es "menos costosa", a veces es "más rápida", a veces es "más robusta", etc.
Seguimos pensando..
En mi opinión ser ágiles no es un fin, es más un medio para lograr objetivos que, de otra manera, no se lograrían. De hecho hay muchas situaciones de trabajo en las que ser ágiles no sólo no es recomendable, sino que más bien es un error.
ResponderBorrarme gustaria una entrada desarrollando estos ejemplos