Escuché en un bar..
Escuché en un bar a alguien hablando sobre la relación entre los miembros de la familia:
“Antes las mesas familiares eran largas y rectangulares. Alguien se sentaba a la cabecera y los demás se iban sentando según orden de importancia. Había reglas estrictas para hablar. Las opiniones además no pesaban lo mismo.
Con el tiempo las mesas se hicieron más cortas por lo que la distancia entre "la cabecera" y los últimos lugares se volvió más corta.
Ahora tenemos que pensar que las mesas son mayormente redondas. Todos opinan y todos deciden (de una manera o de otra).
Los más jóvenes desde temprana edad buscan imponer opiniones y condiciones. Ya no es posible ir con el discurso y el dedito levantado.”
Interesante analogía, también aplicable al trabajo.
La capacidad de generar consenso y convencimiento en los demás ha cobrado una importancia superlativa en la sociedad de hoy.
Seguimos pensando..
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