Cambiar de herramienta
Cambiar de herramienta requiere tres cosas. Primero, mover el pasado. Todo lo que tenía en la anterior, debe estar - de alguna forma - disponible en la nueva. Segundo, mover el futuro. Todo lo que voy a hacer para adelante debe pensarse en términos de la nueva. Y tercero reacomodar las rutinas y los rituales asociados a los procesos que esta herramienta implementa.
No es algo sencillo.
Si cambiamos nuestra herramienta de gestión de tareas, mover el pasado significa mover la información que necesitamos para seguir operando en la nueva. Tal vez no es todo, pero suelen ser muchas cosas. Mover el futuro es poner en la nueva todo lo que está pendiente. Reacomodar nuestras rutinas y rituales significa por ejemplo, si usamos GTD, pensar nuevamente la forma en que haremos la weekly review o que distinguiremos los proyectos. La buena noticia aquí es que estamos solos, no hay que escuchar o convencer a nadie.
Si cambiamos una herramienta de trabajo en equipo, debemos discutir con el equipo el impacto y la forma en que usará. También tendremos el problema de mover el pasado y el futuro pero lo más arduo será reacomodar las rutinas y rituales.
Más complicado se pone cuando la herramienta no fue elegida por el grupo (las famosas herramientas "corporativas").
Más complicado se pone cuando pasamos de herramientas individuales elegidas por cada uno a una única herramienta grupal [no elegida por ninguno].
En la medida que cada individuo logre mapear su sistema de trabajo antiguo a uno nuevo sobre la herramienta, las cosas andarán bien. Ese debe ser el foco de nuestro trabajo si queremos que el cambio se haga sin sobresaltos
Seguimos pensando..
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