Sin luz el domingo
Ser padres hoy requiere mucho esfuerzo. Los paradigmas y las enseñanzas del pasado no nos sirven, la tecnología nos pasa por encima y los chicos de ahora no son como los de antes (como nosotros éramos antes). Seguro que ningún padre dijo esto nunca, no? No, esto les ha pasado a todos desde el principio de los tiempos. No obstante hay algo que sí es nuevo y con lo que padres anteriores no tuvieron que lidiar: la afición por las "pantallas".
La red está llena de artículos que hablan sobre cómo hacer para que los chicos pasen menos tiempo frente a una pantalla y más tiempo haciendo "otras cosas mejores" (*). He visto estrategias diversas desde poner horarios hasta decretar días libres de electrónica.
La situación es desesperante por donde se la mire y nos tiene, a nosotros los padres, como mínimo preocupados. Es por eso que lo que ocurrió el domingo, me pareció casi milagroso. Justo cuando comenzaba a tomar valor para ir a pedirle a mis hijos que "dejen las pantallas y hagan algo útil", se cortó la luz.
Se cortó la luz y mis problemas se terminaron. No era yo contra ellos sino el destino que les marcaba la cancha. No tuve que ponerme a pensar que hacer para sacarlos del estado catatónico en el que se sumergen, no tuve que contestar a comentarios como el famoso "estoy aburrida" o el "podemos invitar a alguien" a las 6pm del domingo. Solitos se buscaron algo para hacer. Uno hasta ordenó su cuarto. Fue como si el corte, además de apagar las pantallas, hubiera corrido el eje de la discusión a kilómetros de mi. De pronto yo no era el culpable del apagón y por consiguiente no debía proveer un mecanismo de divertimento alternativo.
En definitiva el destino, o la deplorable calidad de nuestros servicios públicos si quieren ser más específicos, me resolvió el problema con una elegancia suprema. Así que ya saben, cortar la luz es la salvación del domingo. Un domingo sin luz es un domingo en familia.
Feliz domingo para todos y seguimos pensando..
PD: El apagón incluyó un bonus track: resolvió un dilema típico de domingo: veo tele, navego por internet o leo un libro.
(*) Esto está entre comillas por razones obvias. El concepto de "cosa mejor" es subjetivo. El grado de bondad de actividades como leer, estudiar, ir al club, ordenar, etc., varía mucho de padre a padre y ni hablar entre padres e hijos.
La situación es desesperante por donde se la mire y nos tiene, a nosotros los padres, como mínimo preocupados. Es por eso que lo que ocurrió el domingo, me pareció casi milagroso. Justo cuando comenzaba a tomar valor para ir a pedirle a mis hijos que "dejen las pantallas y hagan algo útil", se cortó la luz.
Se cortó la luz y mis problemas se terminaron. No era yo contra ellos sino el destino que les marcaba la cancha. No tuve que ponerme a pensar que hacer para sacarlos del estado catatónico en el que se sumergen, no tuve que contestar a comentarios como el famoso "estoy aburrida" o el "podemos invitar a alguien" a las 6pm del domingo. Solitos se buscaron algo para hacer. Uno hasta ordenó su cuarto. Fue como si el corte, además de apagar las pantallas, hubiera corrido el eje de la discusión a kilómetros de mi. De pronto yo no era el culpable del apagón y por consiguiente no debía proveer un mecanismo de divertimento alternativo.
En definitiva el destino, o la deplorable calidad de nuestros servicios públicos si quieren ser más específicos, me resolvió el problema con una elegancia suprema. Así que ya saben, cortar la luz es la salvación del domingo. Un domingo sin luz es un domingo en familia.
Feliz domingo para todos y seguimos pensando..
PD: El apagón incluyó un bonus track: resolvió un dilema típico de domingo: veo tele, navego por internet o leo un libro.
(*) Esto está entre comillas por razones obvias. El concepto de "cosa mejor" es subjetivo. El grado de bondad de actividades como leer, estudiar, ir al club, ordenar, etc., varía mucho de padre a padre y ni hablar entre padres e hijos.
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