Su atención por favor

El miércoles pasado fue uno de esos días donde “no paré un minuto”. ¿Escucharon esa frase alguna vez? O tal vez esta: “hoy no me pude sentar en la máquina”. En ambos casos el pensamiento implícito es fui poco productivo o no logré nada. Incluso a veces lo decimos explícitamente “hoy no logré ninguna de las cosas que tenía planificada” (aunque este escenario es un poco mejor, por lo menos hubo una planificación previa).

En contraposición a eso, seguramente muchos habrán escuchado el término deep work o la idea de entrar en el flujo. Ambos términos tienen que ver con lograr un estadío mental en el que trabajamos ininterrumpidamente en algo importante y significativo para nosotros. 

Ocupados o enfocados

Debemos reconocerlo, no hay demasiado mérito en estar ocupados, ni siquiera lo hay en estar  muy ocupados. El desafío es en lograr cosas significativas, en agregar(nos) valor de alguna forma.

Es por ello que estamos en guerra contra las interrupciones. En un mundo donde la competencia por nuestra atención es feroz, una muestra de madurez en la gestión del tiempo es lograr grandes períodos de deep work en la semana.

Mind the gap

Pero la batalla no termina allí. El problema no es solamente aprender a concentrarnos más y mejor. El problema también está, y voy a decirlo crudamente, en disminuir la cantidad de cosas importantes (o de hacer lugar para lo realmente importante). Si la lista de prioridades es muy larga los momentos de trabajo sobre cada tema, profundos o no, serán muy esporádicos y eso tampoco nos rendirá demasiado.

Dicho todo esto, a ver cómo arrancamos el lunes.

Seguimos pensando..

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