El arte de la anticipación

La relación entre líder y liderado es también -al igual que entre proveedores y clientes- una relación de confianza que se construye a lo largo del tiempo.

Como en toda relación, ambas partes deben trabajar para aumentar ese nivel de confianza si quieren que la cosa funcione. No obstante muchas veces se cae en el error de pensar que las responsabilidades son simétricas.

Esto no es así.

En mi opinión el liderado tiene la oportunidad de tener un protagonismo mayor pues, de mediar un buen líder, puede marcar el estilo de esa relación.

Si se muestra proactivo, eficiente y eficaz, la relación podrá tener un estilo más descontracturado con un nivel de involucramiento en el detalle menor. El buen líder aprovechará al liderado solvente dejándolo trabajar libremente para focalizar la atención en otros temas (liderados menos solventes, problemas, etc.).

Si el liderado se muestra inseguro, poco eficiente o ineficaz, la relación será más rigurosa, con más "micromanagement", bajando a nivel de detalle.

Como dije es un juego de confianza. Es casi como una cuenta corriente emocional entre ambos. El liderado deberá construir confianza cada día de trabajo (sumando centavos) y al líder le bastará un contraejemplo para bajar el nivel de confianza a cero (restando miles de un plumazo al saldo).

Dicho todo esto, una de las formas más efectivas de construir confianza que he visto es la de anticiparse. El liderado que logra anticipar las necesidades del líder, sus prioridades o sus preocupaciones, podrá orientar su trabajo y su energía de manera de transformarse un factor multiplicador en la productividad del líder.

Para el líder no es lo mismo arrastrar a su equipo a través de un proyecto que avanzar con su equipo o, inclusive a veces, empujado por este. Entonces ¿qué clase de liderado sos?

Seguimos pensando..

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